Cultos

Novenario a Nuestro Padre Jesús del Perdón 2013

Predicación: Don José-Darmin Belmar Buendía

Don José-Darmin Belmar Buendía, nació en Arcas (Cuenca). Es sacerdote somasco y después de recorrer diferentes parroquias y labores pastorales, desde hace seis años, está destinado en la CASA BASIDA de Manzanares. Quizás para muchos, la mayoría, era un perfecto desconocido, igual que Basida. Esperamos que, además de la agradable sorpresa que ha provocado su predicación, nos sirva para que Manzanares y los manzanareños nos sintamos más próximos a esa bendita casa y sobre todo a sus habitantes, allá a la espalda de El Cruce, en la salida hacia Ciudad Real. Suyas son las palabras.

DIA PRIMERO – Jesús carga con mi cruz (Lc 5, 1-11)

Comentó en primer lugar que esta novena empezó el 30 de noviembre de 2010, cuando llegaron a BASIDA la Cruz y el Icono de la JMJ 2011 y abrieron su casa al pueblo de Manzanares para compartir sus cruces de cada día.

“Hoy sois vosotros los que nos abrís de nuevo la puerta con lo mejor que tenéis: N.P. Jesús del Perdón.

Durante 18 años, BASIDA ha disfrutado de la acogida, el cariño y la ayuda de los manzanareños. Hoy, vamos a compartir la fe que nos une. Vamos a llamar a la puerta de María para pedirle que nos muestre a Jesús y nos enseñe a conocerle y amarle.”

DIA SEGUNDO – Padre (Lc 5, 33-39)

“Cuando acudimos a la Ermita de Jesús del Perdón, resuenan las palabras hogar, refugio, casa caliente, cobijo, seguridad… todo lo que nuestro corazón anhela cuando nos ponemos a sus pies.”

“La experiencia de Dios como Padre es la de quien nos sostiene, nos lleva en brazos, nunca nos deja solos y nos arropa con su ternura y amor. Él sostiene nuestra debilidad.”

“El Señor se quiere servir de lo cotidiano, lo sencillo de cada día, para atraernos y una prueba son los sacramentos: bautismo = nacimiento; eucaristía = comida; confirmación = madurez, etc. Cada sacramento está referido a algo cotidiano”.

DIA TERCERO – Nuestro Padre (Lc 14, 25-33)

“La consecuencia de llamar a Jesús NUESTRO PADRE, es la de que somos hermanos y eso afecta a toda nuestra vida, porque nos exige que vivamos como tales. Ser hermanos no puede ser un título más que queda bien. No podemos rezarle a Jesús y olvidarnos de los otros. Desde nuestra fe cristiana no cabe que pidamos para nosotros y nos olvidemos del resto del mundo. Porque crecemos en un hogar, nacemos en una familia, nos relacionamos con unos amigos, en un entorno de cariño, protección y amistad y creamos grupos en los que nos sentimos acogidos, queridos, amados. Desde nuestra vocación de cristianos tenemos la necesidad de crecer, de ampliar horizontes de fraternidad. Necesitamos incluir más y más gente en nuestro corazón y pedir por ellos. Aunque no los conozcamos. No nos podemos conformar con un grupo pequeño y cómodo”.

DIA CUARTO – CARGAR CON MI CRUZ (Lc 14, 25-33) Nacimiento de la Virgen María.

Escuchamos: “El que no carga con su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo”.

“Para alguna gente, esta puede ser una excusa para decir: “Esto de seguir a Jesús no va conmigo”. Pero es que esto mismo es lo que hacen los jóvenes cuando se unen en matrimonio: Dejan su familia y su casa para emprender una nueva vida. O el que quiere sacar unas oposiciones o un deportista que se prepara para las olimpiadas y renuncia a todo para conseguir su fin. Pero cuando el Señor nos dice eso mismo nos escandalizamos”.

“Seguir a Jesús, no es cumplir una serie de normas o una póliza de seguros que me garantiza un buen sitio en el más allá. Seguir a Jesús afecta toda nuestra vida como cuando nos enamoramos. Toda nuestra vida queda tocada por ese amor. La vida de fe no puede ser para los ratos libres, como una cosa ocasional. No. Jesús no es un adorno en el pecho o en casa, que queda bonito. Más bien es un estilo de vida que nos absorbe y nos compromete y nos llena de amor a Dios y a los demás.”

DIA QUINTO – HOY (es tiempo de salvación)

En el evangelio de Lucas escuchamos frecuentemente el HOY de la salvación, para que nos demos cuenta de que donde se forja nuestro destino es en el día a día.

Aquel pueblo que hace más de doscientos años acudió con su Patrón a las afueras de la población a pedir perdón y volvió con su concesión, comprende perfectamente qué significa ser salvados, comprende cómo se realiza la ayuda, la intervención, el amor de Dios. No necesitaron explicaciones para comprender el HOY de esa actuación de Dios.

DIA SEXTO – SEGUIDORES DE JESÚS.

Nuestro Padre Jesús, se ha pasado toda la noche orando y, ahora te llama por tu nombre para que seas su discípulo. En todos estos días no has pasado desapercibido. Tu devoción no ha caído en saco roto. Él ha mirado en tu corazón, le ha gustado y ahora quiere quedarse a vivir en él. No te asustes, Él conoce tu pequeñez, sabe que a veces, dentro, andas con mucho revuelo, estás muy ocupado y no tienes tiempo para nada, pero… le has caído en gracia y quiere contar contigo. No tengas miedo de decirle que SÍ.

Para aprender a ser discípulos, miramos a nuestra madre María, en la hermosa advocación de la VIRGEN DE ALTAGRACIA, que admiramos. En lo poco que hay escrito de ella en el Evangelio, tenemos lo suficiente para aprender. Miramos a ella y, como un jarro de agua fresca, escuchamos la Palabra que nos anima, nos ilustra y nos enseña. Hay una frase en el Evangelio grabada a fuego en mi corazón: MARÍA SE PUSO EN CAMINO.

DIA SÉPTIMO – ALEGRÍA

Hemos hecho mucho hincapié en el camino de la cruz, olvidando la gloria de la resurrección. Es demasiado frecuente un cristianismo de Viernes Santo y no llegamos al Domingo de Gloria. La tristeza no es el semblante adecuado para un discípulo de Jesús. No cuando Él está vivo, ha vencido a la muerte y está con nosotros y habita en nuestro corazón. San Pablo dice: “Tan grande es el bien que espero que toda pena me parece un deleite”.

Nos quedamos enganchados en cualquier dificultad, nos enfadamos, nos venimos abajo, porque no hemos captado el sentido auténtico de la presencia de Dios en nuestras vidas. No gustamos el bien que habita en nuestro interior, en nuestras vidas.

Las Bienaventuranzas, no son una predicación marginal en el discurso de Jesús. Tienen un puesto privilegiado en ese Sermón de la Montaña. 

DIA OCTAVO – PALABRA DE DIOS

Para conocer a Jesús tenemos que escucharle y tener afinidad con su mensaje. Antes de nacer nos resulta familiar y entrañable la voz de nuestra madre y cuando ese niño o niña ve la luz no llega a un mundo desconocido, porque hay una voz que le da seguridad y le inspira confianza, un sonido que le une a toda su trayectoria.

Tenemos que dar prioridad e importancia a la Palabra que tiene más importancia en nuestras vidas, que más luz nos puede aportar. Sucede que llenamos nuestra vida con muchas palabras, pero la PALABRA no resuena dentro de nuestros corazones. Necesitamos empaparnos de la VOZ DE DIOS porque en la Palabra de Dios late el corazón del Señor. En la medida que nos acercamos a su Palabra, nos acercamos a Él, no para saber más con la cabeza. 

DIA NOVENO – PERDÓN

Comenzó dando las gracias a todos los que de una forma u otra habían participado en el novenario y concluyó este capítulo con el agradecimiento a los voluntarios y residentes de Basida que nos acompañaron durante todos esos días.

Después de todos estos días de novenario, nos falta algo: No hemos hablado de Nuestro Padre Jesús del Perdón.

Le miramos para aprender, como hacéis cada vez que acudís a sus pies, porque nos va a enseñar lo que significa el perdón. Como aquella mujer que le presentan a Jesús, sorprendida en adulterio y a la que iban a matar. Se encuentra con Jesús y vive.

Un pueblo que es condenado y va a ser pasado a cuchillo, se aferra a Jesús y vive. No estamos hablando de conceptos abstractos que nos tengan que explicar los entendidos. Hablamos de vivir o no vivir. Ahí se fragua nuestra devoción a Jesús del Perdón, en la vida, en lo cotidiano, en nuestra manera de vivir.

DIA DECIMO – Exaltación de la Santa Cruz – MIRADAS… DE AMOR.

En este día de su fiesta, Jesús del Perdón, una vez más nos abre sus brazos para acogernos, para mostrarnos su amor y para enviarnos a vivirlo en medio de nuestras calles, de nuestras familias.

Hemos escuchado en la Palabra de Dios, como hay miradas que salvan. Mirando aquel estandarte, los que habían enfermado, sanan. No podía olvidar, cómo mira uno de nuestros chicos. Cuando en la Eucaristía sale el nombre de Jesús, rápidamente clava su mirada en un cuadro con la imagen de la Sábana Santa, mirando el rosto de Jesús con devoción, con cariño, con amor y, muchas veces se pone a lanzarle besos. Como una madre mira a su hijo, como los novios se miran, sin ni siquiera palabras.

Miremos a Nuestro Padre Jesús. Dejemos que su amor, su figura y su presencia, calen en lo más profundo de nuestro ser.

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