Podría pensarse que la distinción que ha recaído en este hombre o hermano de Jesús del Perdón, se le ha concedido igual que si hubiera ido a la tómbola y le hubiera tocado el premio.
Pero, cualquiera que lo conozca, sabe que Agustín nació siendo cofrade y en su ADN había una parte importante de vocación cofrade, la que le legó su padre que, igual que él, trabajó toda su vida en la Hermandad, poniendo siempre por delante de cualquier obligación la de servir fielmente a Nuestro Padre Jesús del Perdón.
Agustín, ha desempeñado muchas funciones en nuestra Hermandad, dentro y fuera de la Junta de Gobierno. No ha sido un hombre que haya acaparado los primeros planos, pero cuando hay que trabajar, incluso en los momentos que la enfermedad le ha podido, siempre está en primera línea para lo que haga falta. Después de una dilatada labor en la Junta de Gobierno, sucedió como Hermano Mayor a Eugenio García-Pozuelo Manzaneque, en el año 2007 y, entregó el cargo en 2015 a Rafael-Ángel Huescar Pérez.
Entre los logros y desdichas de su mandato, se encuentran la erección de la Mano Tendida, monumento conmemorativo del segundo centenario del Perdón a nuestro pueblo del francés, por mediación de Nuestro Padre Jesús del Perdón, en el Viernes Santo de 2009 y la contrariedad del derrumbamiento de parte de la techumbre de la Ermita de la Vera Cruz, el 9 de abril de 2013. En medio, dolencias graves, a pesar de las cuales nunca se rindió y siguió adelante, siempre fiel a su vocación de servicio a nuestro Patrono y a su Hermandad y hermanos.
Precisamente, el sábado 1 de abril, cuando recibió la distinción por parte de la Junta de Cofradías y de manos de su Presidente, amigo y podría decirse que casi hermano, Rafael-Ángel Huescar Pérez, que le hizo patente su deseo de seguir contando con su colaboración muchos años más, Agustín, en el Cabildo General de Hermanos de nuestra querida Hermandad, fue nombrado vicepresidente o Teniente Hermano Mayor de la misma, en sustitución de otro icono, santo y seña de la estirpe cofrade manzanareña, Eugenio García-Pozuelo Manzaneque.
Desde la Hermandad y por medio de estas líneas, nuestro cariño y admiración por este hombre que, a fuerza de servicio, se ha entregado todo entero a la noble y hermosa tarea de ser testigo vivo de todo un Dios, que nunca se cansó de hacer el bien, hasta entregar su vida por los demás.
Enhorabuena hermano y que sigas siendo ejemplo muchos años.