Después de la publicación que D. José Antonio García Noblejas ha hecho en su libro “Manzanares Guerra de la Independencia 1808”, sobre la Ermita, Cofradías, Imagen, Sotomayor, etc., me siento acomplejado ante un trabajo de la categoría del libro, pero de todas formas, y con motivo de las próximas fiestas de Nuestro P. Jesús, voy a relatar algunos datos que creo son curiosos.
La Ermita de la Vera-Cruz, antes de ser tal, era un humilladero. El 7 de febrero de 1603 se bendijo la entonces Capilla de la Vera Cruz por el Obispo auxiliar de Toledo, D. Melchor Vera y con motivo de unas confirmaciones. La pila que se utilizaba para bautizar tenía una inscripción esculpida en 1553 y decía que “estaba en la primitiva Ermita y humilladero”.
La antigua sólo era el actual crucero y no tenía entrada por la calle Ancha, sino solamente por la plazuela de San Antón. La Imagen del “Cristo Arrodillado”, que más tarde (1808) en tiempos de Sotomayor se denominó Padre Jesús del Perdón, estaba colocada frente a la puerta de entrada, en una capilla pequeña y que aún se conserva como era antes; de esta forma los fieles entraban y se encontraban de frente a la imagen, y podía ser contemplada desde el exterior.
La familia de los Quesada, poseedora de la casa colindante, donó a la Hermandad una parte de su casa adyacente a la capilla donde estaba el Patrón, efectuada en 1653, y por esta razón, dicha familia adquirió el privilegio de abrir una ventana en la parte donada, a través de la cual presenciaban los cultos que se realizaban en la Ermita.
En 1864, debido al mal estado se hizo una restauración, para lo cual, fueron trasladadas las Imágenes a la Iglesia Parroquial y en 1866 se abre de nuevo al culto, sin respetar la ventana de los Quesada, por lo que reclamaron sus derechos y volvieron a abrir. El primer legado de esta familia a la Hermandad data de 1598.
Fue en 1883 cuando se llevó a cabo otra restauración. Esta labor fue patrocinada por el vecino de Manzanares, D. Alfonso Mellado Buenasmañanas. El encargado de dicha obra fue D. Francisco Cavas, Arquitecto de Palacio y director de la Iglesia Catedral de Nuestra Sra. de la Almudena de Madrid. Lo más importante que se efectuó fue: “Se amaestró la fachada principal poniendo las molduras construidas en Madrid, con aumento del Campanario y agujas con que éste termina, como igualmente la Cruz de Calatrava”. Más tarde se pusieron las baldosas en todo el espacio que miden ambas calles y después fueron restauradas las habitaciones destinadas al santero”.
El 21 de Julio de 1936, fue saqueada y quemada, pero acabada la Guerra Civil, fue reconstruida inmediatamente. Quien llevó a cabo esta obra fue el arquitecto, D. Tomás Corchado Soriano, natural de Manzanares, que se ofreció para realizar el proyecto en 1940. Es de destacar que las juntas generales después de la Guerra se celebraban en el “Gran Teatro” y el 9 de mayo de 1943 ya se reúnen en junta general en la Ermita por primera vez y efectuada ya la obra. En dicha junta quedó aprobada la construcción de una Cripta para enterramientos de los caídos de Manzanares, que llegó a hacerse, pero no a utilizarse.
Las campanas fueron cedidas por el Párroco D. Dimas López a la Hermandad y se encontraban en la Parroquia. La pavimentación en mármol fue realizada por los Sres. Mazarrón de Valdepeñas; las vidrieras artísticas son de Alicante y D. Acisclo Fernández fue el marmolista de la escalera. La pintura y decoración corrió a cargo de “Los Certales, S.A.”.
El 1 de mayo de 1949 se hace constar la terminación total de la obra de reconstrucción de la Ermita.
La idea de la realización de un retablo en el altar mayor, se expresó en muchas ocasiones, pero no se llevó a cabo hasta el 10 de junio de 1962, en que fue encargado a los talleres sevillanos del escultor imaginero D. Luis Ortega Bru y que fue bendecido el día 14 de Septiembre de 1966.
Años más tarde se fueron realizando obras constantemente, dado el tesón y el trabajo de la Hermandad.
MANUEL RODRIGUEZ MAZARRO