[Textos obtenidos de los núm. 334 y 335 de la revista Siembra]
Para conmemorar el Bicentenario del encuentro entre el párroco Sotomayor, con la imagen del Cristo con la Cruz a Cuestas y acompañado del pueblo de Manzanares, y el general francés Sebastiani, en el Viernes Santo de 1809, la Hermandad de Nuestro Padre Jesús del Perdón, entre otras iniciativas, llevó de nuevo la imagen del Patrón de nuestra ciudad al mismo lugar donde se desarrollaron aquellos históricos acontecimientos hace 200 años.
Con un tiempo inseguro y con amenaza de lluvia, a las 10,30 de la mañana del Viernes Santo, 10 de abril de 2009, salió la comitiva de la ermita-sede de la Cofradía, precedida por el consiliario y párroco de la Asunción, D. Luis Gallego Villena. Tras la venerada imagen de nuestro Patrón, seguían las autoridades eclesiásticas, civiles y militares, los miembros de la Junta de Gobierno de la Hermandad y miles de manzanareños que quisieron emular a los que en su día acompañaron a D. Pedro Álvarez de Sotomayor.
La lluvia obligó a la comitiva a refugiarse en la parroquia de la Asunción, no pudiendo reanudarse el desfile hasta las 12 horas, cuando las condiciones atmosféricas permitieron continuar la marcha.
A lo largo del recorrido por las calles Mayorazgo, Av. de Cristóbal Colón y Avenida de Andalucía, un grupo de personas realizó emotivas lecturas de pasajes de la Pasión de Jesús, hasta llegar a la explanada de la ermita del Cristo de las Agonías, donde esperaba la Banda de Música y estaba erigida la escultura «La Mano Tendida», obra de nuestro paisano y artista Juan Sánchez.
En ese lugar se desarrollaron los actos programados por la Hermandad, con la lectura de varias alocuciones y con la solemne bendición de la escultura, levantada por iniciativa de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús del Perdón y financiada por la propia Hermandad, con las ayudas del Ayuntamiento y de los manzanareños que hicieron sus aportaciones.
Finalmente, la procesión volvió sobre sus pasos para terminar en la ermita de Nuestro Padre Jesús del Perdón, concluyendo una jornada histórica para Manzanares que difícilmente podremos olvidar todos los que tuvimos el privilegio de haber podido participar, acompañando a la imagen de nuestro Patrón en el mismo itinerario que hizo doscientos años atrás.
10 DE ABRIL. VIERNES SANTO. PASION Y MUERTE DEL SEÑOR. A la una de la mañana, salía de la ermita de la Veracruz la Procesión del Silencio con los cuatro pasos de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús del Perdón y María Santísima de la Esperanza, que concluyó con toda normalidad un poco más de las tres de la madrugada. Presidió la procesión Don Manuel-Pablo, acompañado de las autoridades civiles y militares de nuestro pueblo.
Por decirlo de alguna manera, las puertas de la ermita solo se entornaron, ya que muchos de sus directivos pasaron escasas horas de duermevela porque temprano había que preparar para uno de esos días que quedan señalados en el calendario de la historia de una hermandad y de un pueblo.
A las diez y media de la mañana, salía nuevamente la carroza con el titular de la Hermandad para encaminarse hacia el Cristo de las Agonías, pero el Señor no quería eso y comenzó a llover. Hubo que refugiarse con la imagen en la Parroquia de la Asunción y allí, nuestras autoridades presididas por su Alcalde y por el Capitán de la Guardia Civil, los manzanareños que abarrotaban el templo, los cofrades y los sacerdotes (Don Fernando, Don Jesús, Don José Jerónimo y Don Luís) esperaron a que el tiempo mejorara y reanudamos la procesión que a poco de comenzar hubo de aligerarse porque volvió a llover. Pero estábamos decididos a llegar y llegamos. Y allí se sucedieron las intervenciones, magníficas, de diferentes oradores con el broche final de Don Luís. En presencia de la imagen de nuestro Patrón, Don Miguel Ángel Pozas Sánchez-Gil (Alcalde de Manzanares) , Don Agustín Trujillo Martínez (Hermano Mayor de la Cofradía), Don Juan Sánchez de la Blanca (autor y escultor de la MANO TENDIDA) y Don Luís Gallego Villena (sucesor del Párroco Sotomayor), procedieron a desvelar el paño morado que ocultaba a nuestros ojos la bella escultura que recuerda que, un Viernes Santo de doscientos años ha, otro párroco, Fray Pedro Álvarez de Sotomayor, con la ayuda y el amparo de un Cristo Arrodillado y la compañía de unos cuantos asustados manzanareños, consiguió el perdón para la entonces villa de Manzanares por parte de un general francés que venía con su ejército, con intenciones de arrasar la población.
Se necesitarían muchas páginas para expresar cada uno de los sentimientos y emociones de esa remojada mañana, pero creo que no es necesario, porque los muchos manzanareños que subieron al Cristo de las Agonías a presenciar el acto podrán contar mejor lo que allí se vivió.
Ante todo, rendir público homenaje a la Hermandad de Jesús del Perdón y María Santísima de la Esperanza, a su Junta de Gobierno y muy especialmente a Don Agustín Trujillo Martínez, su hermano mayor, por el tesón y el empeño en conseguir para Manzanares este monumento al diálogo y al perdón. Acompañó la celebración y el recorrido de vuelta, la banda de música de Membrilla.
FOTOS DEL ARCHIVO DE LA HERMANDAD