Salus, en la Ermita
A veces nos cuesta entender que todo nos viene dado y, cuando nos piden colaboración, parece que nos sacan de nuestra zona de confort y, cuando nos ofrecen un acto nuevo en nuestra Semana Santa, pensamos que está todo inventado y que, estamos bien como estamos.
En esas andábamos, perdón, en esas andaba el “escribiente”, cuando la noche del sábado, 2 de marzo, le llega una foto, como si fuera un flash, para sacarlo de su vigilia y mostrarle la belleza que se puede conseguir con un par de luces de color, un bello Cristo, visitante, sin el sayón de la lanzada, y tres personas, Silvia Muñoz Carrión, Rafael García Alcázar y Juan-Ramón Guijarro Martínez, o María, Juan y un violinista interpretando, con toda la maestría de Rafa, el tema principal de la Lista de Schindler, para finalizar la representación, mientras María abraza la cruz redentora, a los pies de su Hijo.
Pero, el acto, de apenas diez minutos, nos vino a mostrar a la Virgen con un precioso monólogo, en el que va discurriendo sobre los aconteceres sucedidos, contemplando, acariciando y doliéndose del cuerpo yerto y cosido a la Cruz, de su Hijo; donde nos muestra todo el dolor almacenado en sus entrañas y la gran obediencia a la voluntad del Hombre-Dios, concluyendo con su entrega y ofrecimiento a los hijos que Dios le ha dejado, aceptando la misión que le ha sido encomendada, de apoyar, amparar e interceder por esta Iglesia que peregrina y que no cesa de pedirle que interceda por nosotros, pecadores y a veces infieles.
La mañana del domingo se sucedió en nuestra Ermita, con el ir y venir de los sucesivos grupos, que venían de la escena anterior y se encaminaban a la siguiente, hasta llegar a la Ermita de la Virgen de la Paz, donde terminaba su peregrinar por las diferentes escenas que les ha preparado este año la Unidad de Acción Pastoral de Manzanares, como una nueva vía para transitar por el camino cuaresmal.
Gracias sean dadas a Dios y a tantas personas y hermandades que han hecho posible, a modo de regalo, esta nueva maravilla escénica del Grupo Entregados, bajo la dirección de don José-Felipe. Os dejamos algunas imágenes obtenidas únicamente en la Ermita de la Vera Cruz, sede canónica de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús del Perdón y María Santísima de la Esperanza.
¡Ah! Y muchas gracias a la Hermandad del Cristo de la Buena Muerte, que nos ha visitado, por medio de su Cristo de la Lanzada, recientemente restaurado. Precioso detalle que agradecemos sinceramente. Ha sido todo un honor contar con esta otra advocación de Cristo en nuestra ciudad.