Triduo a Nuestra Señora, la Santísima Virgen de la Esperanza

Para cualquier hermano o hermana de Nuestro Padre Jesús del Perdón, es sencillamente elemental, a la vez que maravilloso, que tenemos, junto a Él, a Nuestra Madre de Esperanza y Misericordia y, sin que se enfade nadie, la queremos por igual, como a Él.

Somos afortunados en nuestra Hermandad y, en nuestras Reglas, está establecido que, cada año, en su festividad o cerca del 18 de diciembre, hemos de celebrar un Triduo en honor de la Virgen de la Esperanza. Pero es que no haría falta que lo impusieran unas Reglas, porque lo hacemos con el mayor de los agrados y con gran alegría.

Desde hace algunos años, no había sido posible celebrar tal triduo y se había sustituido por una función solemne el viernes más próximo al 18 de diciembre. Por eso, cuando este año se nos anunció que del 15 al 17 de diciembre, había posibilidad de volver a los tres días de celebraciones marianas, lo primero que sentimos fue una gran alegría y, a continuación, una gran ilusión por celebrar lo más dignamente posible tal acontecimiento.

Y así ha sido. Hemos celebrado, junto a nuestros sacerdotes, don Benito y don Manuel y con el concurso del Coro Santa Beatriz de Silva, tres tardes-noches, que nos ayudan, para entrar en el hermoso misterio de la Navidad, pasando previamente por esa hermosa virtud de la ESPERANZA. María nos la regaló, con esa activa espera de su Hijo, en la que no se resistió a estar “más viva” “más activa” “más caritativa”, comenzando con esa visita a su prima, Santa Isabel, para ayudarle en el nacimiento del que sería el Precursor del Cordero de Dios.

Una Virgen María, que, a pesar de las contrariedades y dudas por su gestación, no dejó de dar la cara y mostrarnos la ilusión y la esperanza alegre de un Niño que nos fue regalado para la salvación del género humano.

Muchas gracias a todos los que han colaborado, gracias a los hermanos de la Junta de Gobierno, que han estado incondicionalmente al servicio de esta importante celebración y, GRACIAS A NUESTROS SACERDOTES y al personal de la Parroquia de la Asunción, que se han prestado a ayudarnos en todo lo que ha sido necesario. Por supuesto, gracias a todos los fieles por su acogida y asistencia y GRACIAS A TI, MARÍA, QUE SIEMPRE ESTÁS EN TU CAPILLA, AGUARDANDO A TUS HIJOS E HIJAS, que te quieren de verdad.

Nosotros queremos a todas las advocaciones manzanareñas de la Santísima Virgen, pero dejadnos que en este momento gritemos a coro: ¡VIVA LA VIRGEN DE LA ESPERANZA! ¡VIVA SU SANTÍSIMO HIJO, N.P. JESUS DEL PERDÓN!

FELIZ NAVIDAD A TODOS LOS HOMBRES Y MUJERES DE BUENA VOLUNTAD.

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