No es Navidad, pero tenemos la Esperanza

“Sin María, no hay Navidad”

Aunque en esta casa, que es nuestra Hermandad, no se para nunca de trabajar, en diferentes tareas. Aunque en esta Hermandad, que se honra en tener el privilegio de ser casa de Dios Eucaristía, nunca se termina la tarea de pensar, rezar y proyectar nuevas ideas, para mayor gloria de nuestros titulares. Aunque en esta cofradía de nazarenos y nazarenas, tenemos la fortuna de contar con el Mayor Valedor y protector de nuestras labores…

Aunque todo eso es cierto, cuando media septiembre, sin dejar de pensar en Ella durante todo el año, nos ponemos a trabajar en clave mariana, en clave de Esperanza, con el fin de prepararle una digna celebración, en esos tres días en que tenemos el inmenso honor de que, en nuestro altar mayor, se consagre al Señor en honor a su Bendita Madre.

Y, aunque nos metemos de lleno en el tiempo de esa NOVENA DE LA VIRGEN, de ocho días, aunque todo nos indica que la Virgen sueña caminos, aunque respiramos ya el ambiente navideño, sabemos que no honramos a la Virgen Madre, sino a María, la Virgen del Adviento, con todo lo que ella representa. Y conservamos en nuestros corazones, la sentimos, la Esperanza de esa noche en que Ella quiso regalarnos el regalo más grande que ella había recibido, su Hijo, un Niño que, con el correr del tiempo, daría mucho que hablar y tendría mucho que escuchar de nuestros labios y nuestros corazones, porque, a fin de cuentas, Dios es más grande que todo lo que podamos expresar.

Este año, teníamos una ilusión muy especial, pero por aquello de la Esperanza, nos toca esperar. Porque queríamos mostrar y desvelar la hermosura del nuevo manto que se ha confeccionado para la Virgen de la Esperanza, y que se bendijera en ese día 18 de diciembre, pero no fue posible por inconvenientes de última hora y hemos de seguir con la esperanza de hacerlo en otro momento próximo.

Por lo demás, con ese calor y esa sensación especiales de que se aproxima la Navidad, el Triduo se ha desarrollado con todo el fervor y la devoción y participación de los fieles que cabía esperar. Con una gran asistencia de devotos y habituales de la Eucaristía diaria, que han arropado con todo su cariño esta celebración, tan especial para nosotros.

Ha predicado don Benito Huertas Sánchez, nuestro Párroco y Consiliario que, en sus homilías, apoyándose en las lecturas de la liturgia diaria, nos ha ido dejando retazos de esa María del Adviento que, con sus silencios y sus palabras, con su origen y su destino, tantas enseñanzas nos deja para la vida, han cantado las componentes del coro Santa Beatriz, cuya colaboración no tiene precio y, han participado en las diferentes labores los hermanos y hermanas de la Junta de Gobierno. Este año se ha incorporado un sencillo ofertorio en el que, junto a las especies eucarísticas, cada día, hemos llevado al altar del Señor unas sencillas flores, para agradecerle tanta belleza como pone en nuestras vidas.

También, todos los días se ha llevado a cabo el besamanos a la Virgen, por parte de quien ha querido acercarse y, el último día se ha regalado una estampa alusiva a la celebración.

Desde la Hermandad, dar gracias a Dios y a su Santa Madre, por el desarrollo de todas las celebraciones y, cómo no, a todas las personas que se han implicado para mayor gloria de Nuestra Madre, la Santísima Virgen de la Esperanza. 

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